Mi justicia en las correcciones
Me considero justo y estricto para corregir exámenes escritos, especialmente estructurados. En las preguntas con opciones múltiples (respuestas cerradas), no hay mayor problema de equivocaciones o injusticias; en el aspecto del contenido guarda relación con las actividades de aprendizaje o con las lecturas obligatorias. En los casos que puedo ceder, ser más flexibles, son en las preguntas abiertas (respuestas elaboradas), en tanto no tengo la costumbre de establecer de manera explícita las posibles respuestas correctas (pre-codificación), en ese sentido, en algunos casos, puede denotar subjetivismo.
Procedimiento que sigo en las correcciones de pruebas
En las pruebas estructuradas (pruebas objetivas) es fácil la aplicación de una plantilla de corrección y cuando se trata de preguntas abiertas, tal como indico líneas arriba, considero que los criterios está en mi mente, en tanto guarda relación con las clases y las lecturas obligatorias; pero, ciertamente, no deja de ser subjetivo, lo que el uso de un “diccionario de pre-codificación” permitiría ser más objetivo y justo. Por otro lado, en forma esporádica comparo resultados de aulas diferentes, no profundizando en el análisis de las causas particulares de dichos resultados.
Otras técnicas de evaluación
Las rúbricas y la lista de cotejos son procedimientos que me permite ser bastante justo o igualitario en la evaluación; además cuento con los argumentos, que me brinda el instrumento, para explicar y responder en forma adecuada a las inquietudes o disconformidades que puedan manifestar los alumnos. Ello no significa que hay aspectos en el desempeño de un estudiante que me parece brillante, como también me puede parecer bastante deficiente, y no está considerado en mis criterios de evaluación; por lo cual no lo tomo en cuenta.
Dependiendo del tipo de actividad o tarea realizada soy más o poco estricto. Cuando evalúo actividades, actuaciones y productos específicos, si tengo las rúbricas de evaluación soy bastante estricto, aunque los aspectos dinámicos e intervenciones orales se es menos preciso; a diferencia de los productos físicos, digitales o escritos, que son más fáciles de observar.
Si las actividades son muy dinámicas y múltiples, como los debates, soy más flexible y por lo general con una lista de cotejos registro uno o unos pocos atributos esperados, generalmente registrando la participación del estudiante.
En el caso de la co-evaluación, establecido los criterios de evaluación y la rúbricas respectivas son los alumnos quienes lo aplican y se respeta su calificación.
Si el desempeño no es el esperado suelo ser flexible en los plazos para la entrega de las tareas o trabajos. Pretendo no desanimar ni desmotivar a los alumnos, ahí es el momento que puedo ser más blando; pero si doy alguna oportunidad a algún alumno suelo generalizarlo para el resto del aula.
Procedimiento que sigo en las correcciones de pruebas
En las pruebas estructuradas (pruebas objetivas) es fácil la aplicación de una plantilla de corrección y cuando se trata de preguntas abiertas, tal como indico líneas arriba, considero que los criterios está en mi mente, en tanto guarda relación con las clases y las lecturas obligatorias; pero, ciertamente, no deja de ser subjetivo, lo que el uso de un “diccionario de pre-codificación” permitiría ser más objetivo y justo. Por otro lado, en forma esporádica comparo resultados de aulas diferentes, no profundizando en el análisis de las causas particulares de dichos resultados.
Otras técnicas de evaluación
Las rúbricas y la lista de cotejos son procedimientos que me permite ser bastante justo o igualitario en la evaluación; además cuento con los argumentos, que me brinda el instrumento, para explicar y responder en forma adecuada a las inquietudes o disconformidades que puedan manifestar los alumnos. Ello no significa que hay aspectos en el desempeño de un estudiante que me parece brillante, como también me puede parecer bastante deficiente, y no está considerado en mis criterios de evaluación; por lo cual no lo tomo en cuenta.
Dependiendo del tipo de actividad o tarea realizada soy más o poco estricto. Cuando evalúo actividades, actuaciones y productos específicos, si tengo las rúbricas de evaluación soy bastante estricto, aunque los aspectos dinámicos e intervenciones orales se es menos preciso; a diferencia de los productos físicos, digitales o escritos, que son más fáciles de observar.
Si las actividades son muy dinámicas y múltiples, como los debates, soy más flexible y por lo general con una lista de cotejos registro uno o unos pocos atributos esperados, generalmente registrando la participación del estudiante.
En el caso de la co-evaluación, establecido los criterios de evaluación y la rúbricas respectivas son los alumnos quienes lo aplican y se respeta su calificación.
Si el desempeño no es el esperado suelo ser flexible en los plazos para la entrega de las tareas o trabajos. Pretendo no desanimar ni desmotivar a los alumnos, ahí es el momento que puedo ser más blando; pero si doy alguna oportunidad a algún alumno suelo generalizarlo para el resto del aula.
Ahora juzgue usted mi justicia, indicando en los comentarios su parecer. Gracias.